viernes, 19 de agosto de 2011

El nacimiento de una industria (1)

Pathé es el tercer hombre de la trinidad creadora del cine.


     Si los Lumière inventan la técnica y Méliès el espectáculo, Pathé inventa el negocio. Al sustituir la venta de películas por metro (como hacía Méliès) por su alquiler, pone las bases de una compleja organización, con tres ramas diferentes: la producción, la distribución y la exhibición, pero siempre con un solo objetivo: el público. Lo antes considerado “moda pasajera” origina verdaderas empresas mercantiles.

     En 1869 Pathé funda, con apenas 700 francos, su compañía fotográfica y fonográfica. Sus productos adquieren un alto nivel de calidad gracias a la contratación del director Ferdinand de Zecca. Su éxito es tal que consigue vender en Estados Unidos más del doble que los productores norteamericanos juntos. Más adelante, cuando logra elaborar él mismo la película virgen (que hasta entonces estaba en manos de Eastman-Kodak), su poderío ya es absoluto y Vincennes (donde estaba instalado) se convierte en la capital mundial del cine.

     Pathé también se dedica a los noticiarios con imágenes reales y a las temáticas más realistas en sus películas. De Zecca es uno de los maestros del naturalismo cinematográfico. Realiza obras como Historia de un crimen (1901), La Pasión (1902) y El asesinato del duque de Guisa (1904), siendo éste el título más representativo de un nuevo género: los film d’art (películas con mayor calidad artística). La Pasión tenía una técnica bastante ingenua pero fue muy popular, tanto que se proyectó durante casi 20 años en todo el mundo.

La Pasión

Asesinato del Duque de Guisa

En las películas cómicas de Pathé debutará uno de los primeros genios en esta rama: Max Linder, fuente de inspiración para Charlie Chaplin para su inolvidable Charlot (Carlitos).

     Pronto le surge a Pathé un rival dentro de su propio país: León Gaumont. Éste contrata al director Louis Feuillade, que potencia el género de terror. Pero en esta productora también se hacen otros avances. Por ejemplo, se reemplaza la fotografía por el dibujo, logrando las primeras cintas de dibujos animados. También de esa productora surge la idea de adaptar las novelas por entregas, originando los seriales (antecedente de las series de televisión), con una estructura muy concreta: solían constar de doce a quince capítulos, cada uno de ellos de unos quince o veinte minutos de duración; cada uno de esos episodios finalizaba con el héroe supeditado a cualquier peligro en apariencia insalvable, del que, indefectiblemente, se salvaba -a veces de un modo tramposo para con el espectador- en el capítulo próximo, la semana siguiente. Quizás este sistema fue el que provocó el verdadero hábito de ir al cine.

     En los demás países la producción se desarrolló más lentamente que en Francia.

     En 1900, William Paul, pionero del cine inglés realiza una película en donde el espectador tenía la impresión de manejar un automóvil a toda velocidad, evitando diversos obstáculos. Fue la primera vez que se utilizó la cámara subjetiva, es decir que la cámara reemplaza la visión de una persona, en este caso el espectador. También destaca en esta época la llamada “Escuela de Brighton”. Más que una escuela, se le denominó así a un grupo de cineastas ingleses que sentaron bases para el lenguaje cinematográfico. Sus tres representantes principales fueron tres fotógrafos – Smith, Williamson y Collins - que iniciaron el tipo de películas de aventuras, con persecuciones (Ataque a una diligencia en el siglo pasado), y las bélicas (Ataque a una misión en China). Alfred Collins sale de los conceptos teatrales y comienza a utilizar el travelling, la panorámica y el contracampo.

     En Italia se volcaron a las producciones históricas con grandes despliegues de escenografía, iluminación y seguimiento de actores (travelling). Después de la Primera Guerra Mundial, el cine italiano decae con producciones sin mucho “arte”, grandes dramones en escenarios extravagantes con actrices publicitadas en demasía y sin mayor talento.

     El cine danés surge en 1906. Se vuelcan a comedias y dramas mundanos que generalmente terminaban en tragedias. Lógicamente este tipo de historias podían llevarse a cabo gracias a que contaban con muy buenos actores.

     Si bien Carl T. Dreyer filmó en el extranjero gran parte de su obra, es el mejor realizador danés. Su obra más célebre es “La pasión de Juana de Arco” (1927) con una fotografía original y encuadres muy bellos, además de una calidad interpretativa rigurosa.


En Suecia también los directores se apoyaban en novelas para fotografiarlas magistralmente usando paisajes como un personaje más y casi de la misma importancia.

     A partir del año 20 el cine nórdico empieza a declinar porque sus compradores europeos (que se proveyeron de ellos durante la guerra) comenzaron a trabajar nuevamente.

     Además, los cineastas escandinavos comenzaron un éxodo hacia Hollywood, lo que provocaría un letargo hasta 1940 cuando surge un realizador que afectaría al cine universal: Ingmar Bergman.


Continúa en "El nacimiento de una industria (II)".



Lic. Diana Lombardo
E-mail: dlombardo74@gmail.com




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