jueves, 24 de noviembre de 2011

La lista de Schindler

(Schindler’s list) 



En 1982, el escritor australiano Thomas Kenneally publicó su novela “El arca de Schindler”, biografía de un industrial alemán que salvó la vida de miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Conocido vividor y mujeriego, Schindler burló a los altos mandos de la SS reclutando a centenares de judíos para sus fábricas en Cracovia. De este modo, además de mantener sus fábricas funcionando a pleno logró mantener con vida y unidas a numerosas familias.






La liberación de Alemania por parte de los aliados que le acusaron de colaborador de los nazis, le forzó a exiliarse en Argentina donde vivió con su mujer hasta 1957, año en que decidió abandonarla y regresar a Alemania. Falleció en 1974, siendo enterrado en Jerusalén.

     El mismo año de la publicación de la novela, la Universal adquirió los derechos de la novela, pero la extensión de la obra y la crudeza en la descripción de los detalles acobardaron a los directivos que pospusieron su conversión a largometraje. Siete años después, Spielberg acuerda convertirse en productor del film, dejando la dirección a Martin Scorsese quien convoca como guionista a Steve Zaillian. Por aquel entonces, Spielberg preparaba la adaptación de Cabo de miedo (Cape’s Fear, 1990) y de repente se intercambiaron los roles, dejando a Scorsese a cargo de la dirección de Cabo de miedo y a Spielberg con “La lista…”.

     Acabado el rodaje de “Jurassic Park”, Spielberg da a conocer el reparto: Liam Neeson, Ben Kingsley, Ralph Fiennes y Caroline Goodall. Con excepción de Kingsley, recordador por su papel en “Ghandi”, el resto era prácticamente desconocido.

Liam Neeson

Ben Kingsley

Ralph Fiennes

Caroline Goodall

Con un presupuesto de 22 millones de dólares, La lista de Schindler iniciaba el rodaje en Polonia con la presencia de 210 técnicos, 126 actores secundarios y 30.000 extras (algunos de los cuales fueron sobrevivientes de la barbarie nazi), que trabajaron en 148 decorados construidos expresamente para la película, entre los que se destaca la réplica exacta del campo de concentración de Auschwitz, en el que no pudieron filmar debido a un veto impuesto por el Congreso Mundial Judío, que lo considera tierra sagrada.



Al tiempo que comenzaba a filmar la película, Spielberg supervisaba desde Cracovia, la postproducción de “Jurassic Park”, encomendada a George Lucas. Su gente seguía montando la película y el supervisaba los trabajos a través de envíos diarios que le hacían vía satélite (internet no era una opción por esos años).

     Oskar Schindler, un empresario alemán, vividor y especialista en relaciones públicas, vivió en la Polonia ocupada por los nazis durante la segunda Guerra mundial. Cuando se inició la persecución contra los judíos, con la creación de los guetos y la deportación a los campos de exterminio, Schindler montó una fábrica de material de cocina destinado a las tropas alemanas, con mano de obra esclava de los judíos. Trabajar para Schindler se convirtió en una especie de salvoconducto para librarse del holocausto. Poco a poco, los horrores que presenció le hicieron tomar conciencia de la situación y defender a sus trabajadores hasta las últimas consecuencias.

     Spielberg se basa en una historia real – el verdadero Oskar Schindler está enterrado en la colina de Sión, en Israel, con todos los honores- para realizar una película definitiva sobre el holocausto. Para ello se valió de un personaje ambiguo, un empresario ambicioso que se aprovecha de la situación, pero cuyo ventajismo provoca un bien.



Esta película ha sido una vieja aspiración del director, quien durante años recogió testimonios de sobrevivientes para documentar la historia. Con “La lista de Schindler” Spielberg realizó uno de los proyectos más personales y consiguió, por fin, el reconocimiento de la Academia de Artes de Hollywood, que premió su película con siete Oscars, incluido el de mejor director.

     Spielberg se apartó de la comercialidad, para lo cual rodó en blanco y negro y describió la persecución contra los judíos con un realismo atroz en determinados momentos, casi en un tono documental (con el uso de cámara en mano, además) fotografiado bajo la magistral mano de Janusz Kaminski. El uso del color es empleado en contadas situaciones, en especial para identificar a una niña del grupo de judíos que llega a un campo de concentración y hacer de ella el símbolo que resume lo que le sucedió a millones de personas.




La banda sonora también aporta su cuota de dramatismo, con las melancólicas melodías creadas por John Williams y los solos maravillosos del desgarrador violín de Itzhak Perlman. No hay banda sonora más triste y conmovedora que ésta.

     La personalidad de Schindler recibe el tratamiento muy ambiguo. Su evolución, desde unos momentos en los que se aprovecha de las facilidades de la contratación de la mano de obra hebrea para su beneficio personal, hasta la toma de conciencia y su defensa de los obreros de la fábrica para conseguir evitarles la barbarie nazi, no queda clara. El film parece inclinarse por su incontenible horror ante los asesinatos caprichosos de Goeth y por las consecuencias de su amistad con el capataz y contador Itzhak Stern, interpretado por Ben Kingsley.

     Sea como fuere, la historia nos cuenta que Schindler embarcó para Argentina en 1949 y regresó diez años más tarde a Alemania.

     El film se apoya en un guión bien construido de Steve Zaillian (En busca de Bobby Fisher) adaptación de una obra de Thomas Keneally. Spielberg despliega su capacidad y extrae la máxima intensidad del terror y el patetismo existencial que transmite la obra de Keneally –los judíos polacos podían ser asesinados en el momento que se le antojara al director del campo de trabajo (Ralph Fiennes). Se complementa y a la vez se contrapesa por su capacidad para explotar el glamour del poder absoluto y la gran vida de los círculos nazis.

     Es significativo que cada registro emocional vaya acompañado, generalmente, de un estilo cinematográfico diferente: la eficaz encarnación que Liam Neeson hace de Schindler funciona como hilo que nos conduce a los nazis, y la sutil actuación de Ben Kingsley, que hace de contador judío, su mano derecha y su conciencia silenciosa, nos acerca a los judíos polacos. Spielberg hace un trabajo extraordinario que mantiene nuestro interés durante 185 minutos y nos muestra más de las dificultades del Holocausto de lo que suelen hacer las cintas de ficción.






En la secuencia en la que los oficiales nazis hacen correr a los prisioneros desnudos hasta la extenuación, para discernir cuáles eran los saludables que permanecerían en el campo de Appelplatz y cuáles irían a Auschwitz, Spielberg se apoyó en consejos de algunos de los sobrevivientes que contaron cómo se coloreaban las mejillas con su propia sangre para parecer más saludables.

     Lo que por desgracia falta son muchos de los elementos más fascinantes de la historia de la vida real que no encajan en el panorama piadoso y patriarcal de Spielberg y, por lo tanto, se distorsiona el relato: como por ejemplo, el papel predominante de Emilie, la esposa de Schindler, que salva las vidas de los judíos después de que él vuelva a vivir con ella, mientras monta una fábrica de municiones falsa en Moravia, o el hecho de que continuara engañándola con otras mujeres. Uno también se pregunta cómo se las habría arreglado Spielberg con los sobornos que fueron necesarios para que muchos de los judíos polacos entraran a formar parte de la lista de Schindler y, así, sobrevivieran. No obstante, si hubiera utilizado este tipo de material, es probable que la película hubiera perdido parte de su claridad moral, aun cuando ganara en complejidad.




FICHA TÉCNICA
Título: La lista de Schindler
Título original: Schindler’s List
Año: 1993
Dirección: Steven Spielberg
Guión: Steve Zaillian, basado en el libro de Thomas Keneally
Fotografía: Janusz Kaminski
Música: John Williams
Edición: Michael Kahn

Intérpretes principales:
Liam Neeson  ...  Oskar Schindler
Ben Kingsley  ...  Itzhak Stern
Ralph Fiennes  ...  Amon Goeth
Caroline Goodall  ...  Emilie Schindler
Jonathan Sagall  ...  Poldek Pfefferberg
Embeth Davidtz  ...  Helen Hirsch


Muestras de la banda sonora:
Clip de “La lista de Schindler”:




Solo de violín de Itzhak Perlman:





Lic. Diana Lombardo
E-mail: dlombardo74@gmail.com





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